“INMUNIDAD E INFLAMACIÓN”
Los pacientes afectados con coronavirus Sars-CoV-2 desarrollan anticuerpos IgM y IgG que comienzan a ser detectados varios días posteriores al inicio de los síntomas en la mayoría de los infectados. Se ha visto que la alta producción de los mismos, no está siempre relacionada con la mejoría de los casos. Sin embargo la carga viral generalmente alcanza su punto máximo en la fase temprana de la enfermedad y luego disminuye paulatinamente a medida que se desarrollan anticuerpos, los cuales siguen aumentando en las semanas siguientes de haberse contagiado. En la lucha contra este padecimiento no debemos olvidar la relación que existe entre los procesos inmunológicos e inflamatorios que tienen lugar y quiénes son los más propensos a inmunizarse o desarrollar procesos inflamatorios. Mientras que la inmunización debe estimularse la inflamación debe inhibirse, por lo cual ambos merecen ser tenidos en cuenta. Las defensas inmunitarias se debilitan con la edad y por consiguiente las personas mayores son menos efectivas para desarrollar sus defensas y neutralizar las células infectadas por el virus. Por otra parte, la inflamación de los tejidos aumenta con la edad, lo que facilita que el coronavirus pueda ingresar al organismo y causar daños importantes en distintos sectores del cuerpo. En conclusión, en el momento de evaluar la contagiosidad, evolución y letalidad de esta enfermedad es imprescindible tener en cuenta ambos procesos: el inmunológico y el inflamatorio. De ahí que los individuos más vulnerables serán los de mayor edad, los que posean factores de comorbilidad y los que tengan una convivencia en estado de hacinamiento con necesidades básicas insatisfechas.